[...] Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aun más hermosas,
sus flores se abrirán;
pero aquéllas, cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
ésas... ¡no volverán!
¿Sera hoy el día, que vuelven a brotar en mi las letras? Es que entre mis palabras y mis silencios, ha habido demasiados: huracanes, terremotos, tsunamis y la fatiga ya me ha llegado hasta los pies.
Hoy que el cielo se ha roto en llanto, sabía que era el momento por que bajo mis pies la tierra ya no se movía, entonces me he mirado por dentro y me he dado cuenta que el agua no ha calado, imposible apagar el fuego del centro.
Este folio en blanco, cansado me ha gritado… Que basta ya de silencio, basta ya de catástrofes.
Así que así me encuentro, desnudándome en letras, como siempre. Desramándome en verso, como el cielo.
Con la mirada perdida, las manos cansadas de construir cimientos, y el corazón lleno.
Por que si hay algo que se aprende del camino, es que cada vez está más lleno.
Hoy cuando todas las cicatrices han empezado a escocer…Me he dado cuenta que la soledad se ha convertido en un lujo que exprimo y disfruto.
Debe ser que el silencio que revotaba por las paredes, se ha hecho demasiado bello como para ignóralo o quizás se habrán sumado todas las cifras de esta absurda ecuación, se abran alineado de alguna forma los planetas… O simplemente es que la lluvia a enjugado las esperezas que anudaban mi garganta y no me dejaban gritar … Pero es que hoy , hoy han explotado en verso todas las células de mi cuerpo .
Y aquí estoy, aquí me encuentro, explicando este gran misterio.
Hoy 23 de abril, he decidido que es el mejor día para florecer.
¿Sera hoy el día, que vuelen a brotara en mi las letras? Es que entre mis palabras y mis silencios, ha habido demasiados: huracanes, terremotos, tsunamis y la fatiga ya me ha llegado hasta los pies.
Hoy que el cielo se ha roto en llanto, sabía que era el momento por que bajo mis pies la tierra ya no se movía, entonces me he mirado por dentro y me he dado cuenta que el agua no ha calado, imposible apagar el fuego del centro.
Este folio en blanco, cansado me ha gritado… Que basta ya de silencio, basta ya de catástrofes.
Así que así me encuentro, desnudándome en letras, como siempre. Desramándome en verso, como el cielo.
Con la mirada perdida, las manos cansadas de construir cimientos, y el corazón lleno.
Por que si hay algo que se aprende del camino, es que cada vez está más lleno.
Hoy cuando todas las cicatrices han empezado a escocer…Me he dado cuenta que la soledad se convertido en un lujo que exprimo y disfruto.
Debe ser que el silencio que revotaba por las paredes, se ha hecho demasiado bello como para ignóralo o quizás se habrán sumado todas las cifras de esta absurda ecuación, se abran alineado de alguna forma los planetas… O simplemente es que la lluvia a enjugado las esperezas que anudaban mi garganta y no me dejaban gritar … Pero es que hoy , hoy han explotado en verso todas las células de mi cuerpo .
Y aquí estoy, aquí me encuentro, explicando este gran misterio.
Hoy 23 de abril, he decidido que es el mejor día para florecer.
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate:
¡así no te querrán!
(Gustavo Adolfo Béquer)
¿Sera hoy el día, que vuelen a brotara en mi las letras? Es que entre mis palabras y mis silencios, ha habido demasiados: huracanes, terremotos, tsunamis y la fatiga ya me ha llegado hasta los pies.
Hoy que el cielo se ha roto en llanto, sabía que era el momento por que bajo mis pies la tierra ya no se movía, entonces me he mirado por dentro y me he dado cuenta que el agua no ha calado, imposible apagar el fuego del centro.
Este folio en blanco, cansado me ha gritado… Que basta ya de silencio, basta ya de catástrofes.
Así que así me encuentro, desnudándome en letras, como siempre. Desramándome en verso, como el cielo.
Con la mirada perdida, las manos cansadas de construir cimientos, y el corazón lleno.
Por que si hay algo que se aprende del camino, es que cada vez está más lleno.
Hoy cuando todas las cicatrices han empezado a escocer…Me he dado cuenta que la soledad se convertido en un lujo que exprimo y disfruto.
Debe ser que el silencio que revotaba por las paredes, se ha hecho demasiado bello como para ignóralo o quizás se habrán sumado todas las cifras de esta absurda ecuación, se abran alineado de alguna forma los planetas… O simplemente es que la lluvia a enjugado las esperezas que anudaban mi garganta y no me dejaban gritar … Pero es que hoy , hoy han explotado en verso todas las células de mi cuerpo .
Y aquí estoy, aquí me encuentro, explicando este gran misterio.
Hoy 23 de abril, he decidido que es el mejor día para florecer.
¿Sera hoy el día, que vuelen a brotara en mi las letras? Es que entre mis palabras y mis silencios, ha habido demasiados: huracanes, terremotos, tsunamis y la fatiga ya me ha llegado hasta los pies.
Hoy que el cielo se ha roto en llanto, sabía que era el momento por que bajo mis pies la tierra ya no se movía, entonces me he mirado por dentro y me he dado cuenta que el agua no ha calado, imposible apagar el fuego del centro.
Este folio en blanco, cansado me ha gritado… Que basta ya de silencio, basta ya de catástrofes.
Así que así me encuentro, desnudándome en letras, como siempre. Desramándome en verso, como el cielo.
Con la mirada perdida, las manos cansadas de construir cimientos, y el corazón lleno.
Por que si hay algo que se aprende del camino, es que cada vez está más lleno.
Hoy cuando todas las cicatrices han empezado a escocer…Me he dado cuenta que la soledad se convertido en un lujo que exprimo y disfruto.
Debe ser que el silencio que revotaba por las paredes, se ha hecho demasiado bello como para ignóralo o quizás se habrán sumado todas las cifras de esta absurda ecuación, se abran alineado de alguna forma los planetas… O simplemente es que la lluvia a enjugado las esperezas que anudaban mi garganta y no me dejaban gritar … Pero es que hoy , hoy han explotado en verso todas las células de mi cuerpo .
Y aquí estoy, aquí me encuentro, explicando este gran misterio.
Hoy 23 de abril, he decidido que es el mejor día para florecer.
¿Sera hoy el día, que vuelen a brotara en mi las letras? Es que entre mis palabras y mis silencios, ha habido demasiados: huracanes, terremotos, tsunamis y la fatiga ya me ha llegado hasta los pies.
Hoy que el cielo se ha roto en llanto, sabía que era el momento por que bajo mis pies la tierra ya no se movía, entonces me he mirado por dentro y me he dado cuenta que el agua no ha calado, imposible apagar el fuego del centro.
Este folio en blanco, cansado me ha gritado… Que basta ya de silencio, basta ya de catástrofes.
Así que así me encuentro, desnudándome en letras, como siempre. Desramándome en verso, como el cielo.
Con la mirada perdida, las manos cansadas de construir cimientos, y el corazón lleno.
Por que si hay algo que se aprende del camino, es que cada vez está más lleno.
Hoy cuando todas las cicatrices han empezado a escocer…Me he dado cuenta que la soledad se convertido en un lujo que exprimo y disfruto.
Debe ser que el silencio que revotaba por las paredes, se ha hecho demasiado bello como para ignóralo o quizás se habrán sumado todas las cifras de esta absurda ecuación, se abran alineado de alguna forma los planetas… O simplemente es que la lluvia a enjugado las esperezas que anudaban mi garganta y no me dejaban gritar … Pero es que hoy , hoy han explotado en verso todas las células de mi cuerpo .
Y aquí estoy, aquí me encuentro, explicando este gran misterio.
Hoy 23 de abril, he decidido que es el mejor día para florecer.