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Detrás del mar...¿yo?

DIVAGACIONES VARIAS DE DOMINGO

DIVAGACIONES VARIAS DE DOMINGO La casa ya huele a invierno. Las bolitas del termómetro de Galileo sube y bajan como un ascensor. Me he acostumbrado a dormir con él. Me gusta girarme y encontrarme su espalda. Me gusta cuando hace café. Ya he lavado las mantas. Llega el tiempo de cerrar ventanas. El balcón ya no forma parte del salón. Ahora los domingos son de sofá y manta, y té caliente antes de las seis. El sol nos va abandonando cada vez más temprano, pero deja teñido el cielo con otro color. El tiempo se detiene como el humo del incienso. Pronto la estufa será un mueble más en el comedor. Este invierno no voy a pasar tanto frio. Lo sé, lo siento, lo intuyo, lo sé. El amor entre otras cosas trae una estufa gigante debajo del brazo. Una pequeña central nuclear entre los labios. Una hoguera debajo de la piel.
Ya ves, como pasa el tiempo. Como el tiempo cambia las cosas y como las cosas te cambian a ti también. Y luego al final todo es siempre lo mismo, con diferente acento, pero en esencia lo mismo. He comprado té con esencia a lavanda, huele bien. Mi ambientador es de lavanda y también huele bien. Si llueve hoy será un domingo perfecto. No es que no te quiera sol, es que en agosto nos sobrecargas. Ahora tengo ganas de usar las mantas y de ver como el cielo se desrama.
Dejo el teclado un rato que me voy a hacerme un té.

1 comentario

Loli Jackson -

Tienes razón, empieza el frío, las mantas, los domingos de relax, pero también sigue, al menos en mi caso, el calor en el corazón, que hace que mi tez esté coloreada permanentemente sin dejar que los grises y ocres del otoño la muten.

Un saludo, me topé con tu blog.