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Detrás del mar...¿yo?

CARIÑO ÓDIAME

CARIÑO ÓDIAME

En una mesa de dos a la luz de una velas, dos amantes se miraban ,el uno al otro pero sin llegar a verse.
Se habían convertido, con el paso de los años y el peso de las buenas costumbres, en seres encarcelados por sus propias vidas , tan unidos y separados que parecían solo un par de desconocidos compartiendo la cena.
Su forma de darse cariño era el hacerse daño mutuamente , la crueldad su plato favorito , la honestidad la gran desconocida y el amor olvidado en algún callejón sin salida.
Así pasaban los días , con el toma y dale , bailando tangos al filo de la navaja, rajándose el alma pero sin cortarse.
De tanto amarse llegaron a odiarse y de tanto odiarse llegaron a quererse , pues si no se lastimaban el uno al otro , sus vidas carecían de sentido.
Y como el odio es otro sentimiento , quisieron vivir separados para terminar unidos.
Pues aunque eran extraños se buscaban de vez en cuando las píele ,aunque solo se tratase de calmar necesidades, eso si , en la danza de cuerpos cada uno se marcaba su propio ritmo, en el fondo se tocaban pero sin tocarse.
Solo se ponían de acuerdo cuando se trataba de limpiar el escaparate , las fachadas ante todo eran lo mas importante .
En la mesa de ese restaurante parecían felices pero si indagabas, si observabas detenidamente y alcanzabas a ver detrás del escaparate.
Veías, que los tacones eran un arma blanca y bebían vino para envenenarse.
Demasiados cobardes o tal vez demasiado valientes.

2 comentarios

Anónimo -

Siempre he sabido que los sentimientos no mueren , igual que la materia, se transforman, que pena que esta transformación sea gran gris y agría, aunque siempre queda la esperanza de en la última transformación alcancen su redención

rAnita nOe -

a todos nos pasa, si rascamos un poco en la pintura de cada uno siempre encontramos remaches debajo.. me refiero a que a ratos somos demasiado valientes o demasiado cobardes. un beso